El pasado enero del 2019, una mujer de 20 años, fue a recoger
unos documentos en una institución con su presunto agresor, Giancarlo Miguel
Espinoza Ramos (22) años.
El agresor y la víctima visitaron un local donde bebieron alcohol. Luego de un par de copas, la mujer perdió el conocimiento, sin recordar nada, despertó en una cama desnuda, junto a su agresor. De inmediato, se acercó a la comisaría más cercana a poner la denuncia respectiva.
El caso llevo su curso predeterminado. Según el fallo
judicial, los magistrados del Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial
Transitorio Zona Sur, integrado por los jueces Ronald Anayhuamán Andia, Diana
Jurado Espino y Lucy Castro Chacaltana, tomaron esta decisión porque, según sus
interpretaciones, la agraviada usó un tipo de ropa interior (trusa de color
rojo con encaje) que presumía que estaba predispuesta a tener relaciones
sexuales.
Por su parte, el abogado Mario Amoretti, señaló que los jueces no pueden recurrir a razonamientos que no se ajustan a ley. Asimismo, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables rechazó los argumentos vertidos en la sentencia, los cuales, indicó, contienen un razonamiento estereotipado y revictimizante.
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